En diciembre debería haber posteado un mínimo de 4 artículos. Lo mismo en enero, en febrero y marzo. Sin embargo, no pudo ser. Me vi inmersa en una mudanza... A Madrid.
Sí, señoras y señores: ¡la maña se muda! Y no he tenido tiempo de nada que no sea trabajar, visitar a mis seres queridos y caminar escasas horas por la capital.
Aquí el ritmo de vida poco tiene que ver con el que se estila en Zaragoza. Siempre he dado la murga con querer marcharme, con irme a otra ciudad, con vivir de manera independiente y ahora puedo hacerlo. Tengo suerte (supongo) porque he conseguido un trabajo remunerado (sí, no son prácticas, lo cual aún aunmenta más su valor si digo que...¡soy creativa publicitaria & marketing!). Y mi cuarto es MI CUARTO, porque lo estoy pagando yo. ¡Qué maravilla!
Así que sin más miramientos mi primer post es una memez en la que os cuento que estoy aquí. Os ilustro mediante un cutre-sencillo-por lo tanto-funcional montaje de Phosothop cómo es mi guarida. Es paz, es relax, es simple y es bello! La mitad de las cosas que véis son de TIGER, una cadena de tienas tan baratas como IKEA con más estilo que ninguna otra. (Aprovecho para decirle a Marta Julve que uno de los dos huevos modo porcelana va a ser para ella y que, además, se abren cual cajita de pastillas para abuela, así que ve eligiendo uno....)
Estoy conociendo a mucha gente, viajo constantemente a Zaragoza (la echo de menos) y me siento bien estando aquí. Esto no me lo ha regalado nadie, ¡qué narices: ya tocaba! A pesar de todos voy a decir una cosa: lo que más me gusta de estar aquí es tumbarme en una colcha sobre el suelo, abrir la ventana, ponerme el disco que os enlazo a continuación (y que recomiendo con vehemencia una y otra vez), es de Ravi Shankar (inspirador de los Beatles en su época más experimental).
Simplemente, pediros que seáis conscientes de quiénes sois y dónde estáis.
Feliz sábado!